jueves, 29 de noviembre de 2007

MOBY //Porcelain

LA COLUMNA VERTEBRAL //





Bueno, llegan los momentos de definición en torno a esa idiota que no nos da bola, ni bolilla ni todos los derivados de bola, incluyendo pelota y pelotudo, por si acaso nos damos cuenta de que ella no registra nuestros pasos alrededor de los suyos o nuestra mirada desde la otra punta del aula.Llegan momentos de definición de campeonatos, por penales o por penales que no lo son y que no merecimos, pero que alguien los cobro vaya a saber porque, y si es que los que creen en Dios piensan que se los regalo como una forma de quedar bien antes de fin año así uno pasa por el templo o la iglesia y le da gracias de rodillas, mientras echa una mirada a la chica que esta en la tercera fila y se da cuenta que no lo registra ni aunque se ponga sotana el susodicho inexistente ante sus ojos.



Llegan momentos de definición y el campeonato no sabemos si es para Lanùs o para Tigre (maldito Tigre) o para el tipo que se violo a seis pibes en un jardín de infantes y que no sabe si Dios lo esperara en la celda contigua a la suya por el resto de sus días ensombrados.



Llegan momentos de definición y de sandwiches de miga y de palmitos, y de sidras, y de garrapiñadas (changos, en pleno verano del hemisferio sur!) y de duraznos en almíbar, y de velas rojas y de velas amarillas y de velas negras para la vieja de la esquina, esa que nos mira con cara de arquitecto en expansión y de velas verdes para la esperanza que nos dejamos en algún bolsillo y que se diluyo con el jabón en polvo ALA, y de guirnaldas y de pelotas de navidad, y entonces volvemos al índice y nos damos cuenta de que las pelotas ya las tenemos por el piso y cuando las vamos a recoger miramos gracias a su dorado reflejo y despertamos y nos damos cuenta de que vendrá pronto el repositor a preguntar porque abrimos el paquete de pelotas de navidad, pero antes de que eso suceda vemos a la chica que nos gusta o al flaco que le gusta a ella (para que vean que nos soy tan machista y apunto a un pùblico femenino de una vez por todas) y nos damos cuenta de que es necesario recoger la pelota de navidad del piso porque así olvidaremos que esos instantes y esos momentos de definición son momentos que pasan como un flashback de Lost y que desaparecen, pues el valor es algo que no se compra en cualquier lugar, sino que se hereda, entonces nos queda el vago ejercicio de llamar a una radio que difundirá esos acordes que combinan con nuestra cara de pasto en la cama o el sillón, mientras ELLA o ÈL, se despiden del impacto de la soledad por un momento mientras oyen en el aire de su habitación la misma canción que no esquiva su clorofila y que germina con su esplendido silencio.