lunes, 25 de junio de 2007

THE CRITIC ///


Sobre el día después de…


De repente abrió la puerta y…”perdon me equivoque de escrito, pero mientras pienso en una fabrica que elabora broches de plástico en el norte de santa fe, vuelvo al primer renglón y me imagino a todas esas personas sub-30 que el día después de las fiestas se levantan a eso de las 4 de la tarde y van evadiendo botellas de sidra y vajilla de plástico que hay en el piso como un auto que evade los baches de la calle Esteban Echevarria ( y que no fueron provocados por meteoritos o asteroides mas allá de que los funcionarios de tengan la cabeza en la luna o en las estrellas de sexta magnitud ) para llegar hasta la heladera y vuelvo al principio porque todo es cíclico como proponía Aristóteles: de repente alguien abre la puerta de su heladera con frizer que reduce las calorías de los alimentos grasos, con emepetres y con pantalla de 8 pulgadas que transmite en vivo y en directo lo que están haciendo los astronautas de la estación espacial internacional y encuentra lo siguiente: en el centro, nada, solo migas de lo que anoche fueron sándwiches de fiambres poco ortodoxos; al costado, restos óseos de pollo en un plató blanco; a la derecha, botellas vacías ( sobre todo esa botella de aceite patito, lo que demuestra que alguien se “tomo” muy en serio eso de tomarse hasta el agua de los floreros ); en los estantes de la puerta: arriba, Crespo, y Saviola, sonrientes en una lata de bebida gaseosa Popsi , en el medio, unos tres o cuatro yogures de dulce de leche y abajo bien gracias, nos vemos por la mañana cuando el reloj indique las siete y media y haya que levantarse para hacer las compras en el almacén o supermercado más próximo a vuestro domicilio para llenar la heladera de nuevo y esperar a que sean las doce para brindar y volverse paranoico con el anana fizz ( o con la “enana fizz”) y saber que como premio consuelo nos espera al día siguiente una salada y efervescente pastilla digestiva.